
Estereopsis en tránsito

Estereopsis en tránsito, en tramos cortos, luego largos.
Edita Kadiric, Santiago Vélez, María Luisa Murillo, Alberto Lozano, Rosario Ateaga, Miguel Ayesa y Tatiana García.
La presente exposición se plantea como un diálogo entre trabajos de distintos artistas con documentos y archivos propuestos desde el agente curatorial. Estos trabajos, los que se enmarcan en temas o asuntos vinculados al territorio o a subconjuntos productos de una relación con este, pretenden plantear un pequeño punto de partida para una conversación, la que siempre puede ser tomada o no en consideración por quien recibe los estímulos, pero que en tabla general, propone el carácter particular y complejo que tienen dichos asuntos cuando se entretejen con las propia experiencias, encuadres y movimientos, todos otorgados por los contextos propios de cada uno de los artistas.
La estereopsis es un fenómeno propio a cualquier persona (varían los niveles entre cada una), y esta dice relación con la visión en relieve (termino compartido con la geografía), para la que existe una colaboración entre ambos ojos en la tarea de configurar una imagen total. Es desde ese lugar, que se plantea una reflexión en torno al territorio/paisaje, entendiendo que los diálogos entre dos agentes, en este caso artistas y archivos, permiten configurar y abrir los complejos diagramas de un relato respecto a una idea preconcebida de paisaje, la que al pasar por las vivencias del ser humano adquiere una imposibilidad de catalogación, de aunar criterios y elementos en una sola imagen retratada. En dicha conversación es inevitable pensar en el continuo movimiento ocular, ya que estamos, en este caso, proponiendo diálogos entre sistemas de visión pertenecientes a distintas personas, los que además de ver en distintos niveles, se encuentran cargados de sus experiencias particulares, las que configuran sus nociones de paisaje, impregnadas de sus propios imaginarios contextuales.
El fenómeno de la vista, si lo extendemos a la vida, no puede desapegarse de la capacidad de transitar en el ser humano, eso que permite que las personas se muevan, tanto física como psicológicamente, por el territorio, llevando conjeturas de un lugar a otro, comparaciones, tramados, propias de un sentido y apego a ciertos lugares que les son característicamente propios, para esto Francesco Careri plantea: “La acción de atravesar el espacio nace de la necesidad natural de moverse con el fin de encontrar alimentos e información indispensables para la propia supervivencia. Sin embargo, una vez satisfechas las exigencias primarias, el hecho de andar se convirtió en una acción simbólica que permitió que el hombre habitara el mundo.” *
A partir de dichos elementos, se intentará disponer ciertos espacios a favor del contrapunto, como una forma de quebrar los caminos en que pudieran encaminarse los paisajes mentales. Esto como una forma de generar un glitch, una falla en el sistema, que impida que los sistemas se terminen por cerrar o configurar del todo.
