
Invisible invencible

Invisible – invencible / Raphael Salazar – José Castrellón
José Castrellón y Raphael Salazar iniciaron este, su primer trabajo colaborativo, titulado Invisible–Invencible, una serie extensa de fotografías tomadas en Darién, la provincia más remota e inaccesible de Panamá. Durante ocho viajes que hicieron a lo largo de un periodo de cuatro meses, usaron el mismo tipo de cámara y de película, y a propósito no llevaron un registro de quién tomó cuál imagen, así desarrollaron un enfoque y una estética en conjunto. Las fotografías captan instancias de armonía y de tensión entre las comunidades locales y su entorno, y también documentan la extracción de recursos naturales a escala industrial, una amenza que junto con el narcotráfico y el militarismo que pretende controlarlo, forman parte de la vida diaria en la región.
Habitar en la fotografía.
Una odisea llamada Darién.
Aymara Arreaza R.
El encuadre. La composición. Las capas. El instante. Los matices. La selección. El revelado. La luz. El foco. La travesía. El fuera de campo. La película. El punto de fuga. Las historias… Son solo algunos de los vocablos fotográficos que aparecen constantemente en Invisible-Invencible, el proyecto que llevó a José Castrellón y Raphael Salazar hasta el territorio panameño que hace frontera con Colombia. Frente a las imágenes que se ocupan de Darién hay también una particular y profunda revisión del archivo visual de esta zona de Panamá, e incluso de la historia de la fotografía, utilizada como método de exploración, generador de saber y control. Entrar en el imaginario de estos dos fotógrafos supone ir sumando piezas sobre lo que ambos dejan ver y les interesa mirar, y especialmente sobre el modo en el que configuran el mapa emocional e histórico de un país joven, entrelazado con sus vecinos del lado este y ocupado durante mucho tiempo por Estados Unidos.
¿A cuenta de qué tantas referencias geopolíticas? Dispararé varias razones desde esta escritura que pretende ser, como la propuesta de los fotógrafos que me ocupan, sintética, analógica y consciente del tiempo de acción.
De camino a Darién o Armchair Tourism
Aunque el acceso al terreno es tortuoso, hay unos cuantos datos que permiten componer la cartografía fotográfica de la zona. Son tres los trabajos más conocidos de los predecesores de José Castrellón y Raphael Salazar en los viajes a Darién. Sin embargo, las motivaciones para emprender la expedición son bastante distintas. ¿Qué ha propiciado la travesía fotográfica? Entre el encargo y la exploración, ¿qué relato se ha revelado?
Uno. Timothy O’Sullivan, el fotógrafo oficial del Tesoro Público de Estados Unidos, formó parte de la expedición americana para el estudio de un canal que atravesaría Darién. En 1870 documentó su pasó por el área y atendió al paisaje que debía ser demolido, una flora y fauna completamente desconocidas. Fue a su vez el autor de un reportaje que se conoce con el título de Armchair Tourism. Expedition Stereographs, una forma de entretenimiento para las clases medias que, sin abandonar la comodidad del sofá de sus casas, podían conocer diferentes paisajes exóticos.
Dos. Alex Webb, fotógrafo de la agencia Magnum. En 2014 hizo un reportaje titulado Panamá. Darien Gap, en el que destaca la figura humana. Pareciera que el reconocimiento de las diferentes poblaciones que visitó exigía el retrato de sus habitantes. Fotografías técnicamente impecables, pero impregnadas del folclorismo que desprenden ciertas apreciaciones hechas desde el desconocimiento.
Tres. Sandra Eleta, fotógrafa panameña que asumió el encargo de desarrollar el libro Darién, libro de viaje, publicado en 2009. La fórmula fue una iniciativa institucional que no solo se abordó desde el ángulo de la fotografía, sino también desde la escritura y la ilustración. La hibridez de medios procuró alejarse del tópico del Darién inaccesible, pero se acercó al formato comercial.
Borrando expediciones ajenas para acercarse a la imagen del instante: Invisible-Invencible
Ocho viajes durante el verano de 2015, antes de que comience la época de lluvias. Equipaje de fotógrafos excursionistas sin grandes presupuestos ni pretensiones. Objetivo claro: conocer, acceder y moverse por un territorio tan mítico e identitario como enigmático y fantasmagórico. Recorrer una zona de la que siempre habían escuchado apenas un susurro, pero de la que poco o nada habían podido mirar.
No hay un relato heroico ni de conquista del territorio por parte de José Castrellón y Raphael Salazar. Por el contrario, se alejan de él desplazando los estereotipos con los que habían bosquejado la preimagen que tenían de Darién. El resultado no es una cortina de humo, aunque es una de las imágenes que más me interesa de la recopilación que expusieron en Barcelona, primero en Espai Colona y posteriormente durante su intervención en el Museum is Closed, en el MACBA. Porque, así como aparece la tierra —la marca de la geografía—, así se desvanece. Sus fotografías sitúan instantes, delinean un modo de vida, pero no sentencian: no enmarcan costumbres, si acaso oficios. Apuntan hacia encuadres que hasta ahora se habían mantenido ocultos: un frondoso platanero sombreado de barro. En Darién hay tráfico, mucho tránsito: ¿De qué? ¿hacia dónde? El ocultamiento también está presente de forma sutil en este reportaje fotográfico.
La búsqueda de la especificidad de lo ruinoso de ciertas estructuras medio edificadas, la aridez de la tierra y la presencia humana son una resistencia en la retina, porque cuando llegue la lluvia lo que estos talentosos fotógrafos panameños han hecho visible se tornará nuevamente inaccesible e invisible. Si de algo no hay duda es de la tozudez de la naturaleza que marca sus ciclos sin anclajes.
Esta anti-expedición para componer otro imaginario de Darién traza la línea de una nueva estética: entroncada con lo cotidiano y la mutabilidad que habita en la fotografía. Abre esta etapa la imagen de una bandera deshilachada y a media asta, que bien podría servir como la cubierta del fotolibro que pronto editarán estos fotógrafos, también críticos de la joven Panamá.
